Sea un país pequeño del Oeste de África, marcado por el Trópico y bañado por el Atlántico. En la época de lluvias el cielo se cubre rápidamente y descarga en abundancia. A veces el sol estático golpea con fuerza sobre las carreteras coloniales. Sea un país de inmensos ríos navegables y de manglares que se pierden en el horizonte. Sea el archipiélago de Bijagós, con sus playas de agua cristalina. Sea una fauna y flora exuberante. Sea la increíble amabilidad de los nativos, su bondad. Sea también la fragilidad de sus instituciones. La belleza exenta de peligros es artificial: esto es África y hay que tener cuidado con los mosquitos, hay que recordar el oscuro pasado colonial que ha configurado su presente, hay que recordar las lanzaderas de esclavos en que se convirtieron los puertos de Guinea-Bissau.
Tras partir primero Rumbo a Mozambique y después Rumbo a Guinea-Bissau, José Luis Aznar prosigue con sus aventuras africanas subido en su bicicleta, trepando por las montañas y acompañando a los viajeros como guía y nos ofrece sus conocimientos sobre Madagascar, el país de...